El retiro de lunares es un procedimiento médico que permite eliminar uno o varios lunares (también llamados nevos) de la piel, ya sea por motivos estéticos o por indicación médica, cuando existe sospecha de malignidad. Aunque la mayoría de los lunares son benignos, su evaluación y posible extracción deben estar siempre supervisadas por un profesional de la salud, idealmente un dermatólogo o cirujano plástico.

¿Qué es un lunar y cuándo se recomienda retirarlo?
Un lunar es una pequeña acumulación de células pigmentadas (melanocitos) que aparecen en la piel. La mayoría se forman durante la infancia o juventud y suelen ser inofensivos. Sin embargo, hay casos en los que es recomendable retirarlos, entre ellos:
Cuando cambian de forma, color, tamaño o textura, lo que puede sugerir una lesión precancerosa o maligna.
Si se irritan constantemente por el roce con la ropa o accesorios.
Por motivos estéticos, especialmente cuando están en zonas visibles como la cara, el cuello o el escote.
Cuando presentan sangrado, picazón o dolor, lo cual amerita una valoración médica inmediata.
El examen previo es fundamental para descartar cualquier tipo de cáncer de piel antes de la extracción.


Tipos de procedimientos para el retiro de lunares
El método ideal depende del tipo de lunar, su profundidad, ubicación y diagnóstico. Entre las técnicas más utilizadas se encuentran:
1. Escisión quirúrgica
Se realiza bajo anestesia local y consiste en cortar el lunar con bisturí, retirando también una pequeña porción de tejido circundante. Luego se sutura la herida y, en algunos casos, el tejido se envía a análisis histopatológico para descartar malignidad. Es el método más recomendable para lunares profundos o con sospecha de cáncer de piel.
2. Afeitado o “shave”
Indicada para lunares superficiales. El médico rasura cuidadosamente la lesión con una cuchilla especial, sin necesidad de puntos. Este procedimiento deja cicatrices mínimas y permite una rápida recuperación.
3. Láser dermatológico
Ideal para fines estéticos y para lunares pequeños y benignos. Utiliza un haz de luz concentrado que vaporiza las células pigmentadas, dejando una superficie limpia y lisa. Es una opción segura y de rápida cicatrización, aunque no se recomienda en casos donde se sospeche malignidad, ya que el tejido destruido no puede analizarse.
4. Electrocauterización
Usa corriente eléctrica para quemar y eliminar el lunar, sellando al mismo tiempo los vasos sanguíneos. Es un método efectivo para lesiones pequeñas o superficiales, con bajo riesgo de sangrado.
Recuperación y cuidados posteriores
El tiempo de recuperación varía según la técnica empleada, pero en general los pacientes pueden retomar sus actividades normales en uno o dos días. Los cuidados más habituales incluyen:
Mantener la herida limpia y seca durante las primeras 24 horas.
Aplicar los medicamentos o pomadas indicadas por el médico para evitar infecciones.
Evitar la exposición solar directa mientras la piel cicatriza.
No retirar las costras o suturas antes del tiempo indicado.
Asistir a los controles médicos para verificar la correcta cicatrización y analizar el resultado del estudio patológico, si aplica.
Con el paso de las semanas, la zona tratada recupera su color y textura normales, y las cicatrices tienden a ser mínimas cuando el procedimiento es realizado por un especialista.
Riesgos y posibles complicaciones
Aunque se trata de un procedimiento seguro, pueden presentarse algunas complicaciones poco frecuentes, como:
Infección o inflamación en el sitio de la extracción.
Cicatrices visibles o pigmentación residual.
Hematomas o sangrado leve.
Recurrencia del lunar si no se eliminan completamente las células pigmentadas.
Dolor o sensibilidad temporal en la zona tratada.
Por ello, siempre se recomienda acudir a un cirujano plástico o dermatólogo certificado, que evalúe correctamente el caso y utilice las técnicas más apropiadas.

Resultados y beneficios
El retiro de lunares mejora notablemente la estética cutánea y, en muchos casos, brinda tranquilidad y prevención frente a enfermedades de la piel. Cuando se realiza con fines médicos, el resultado puede ser determinante para un diagnóstico temprano de cáncer cutáneo. Desde el punto de vista estético, el resultado es una piel más uniforme, con cicatrices casi imperceptibles en la mayoría de los casos.
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