Las verrugas son lesiones benignas de la piel provocadas por el virus del papiloma humano (VPH), una infección común que puede transmitirse por contacto directo o a través de objetos contaminados. Aunque no representan un riesgo grave para la salud, pueden resultar molestas, antiestéticas o incluso dolorosas dependiendo de su localización. Por eso, la remoción de verrugas es uno de los procedimientos dermatológicos más frecuentes tanto por motivos estéticos como por bienestar general.
¿Por qué aparecen las verrugas?
Las verrugas se desarrollan cuando el virus del papiloma humano penetra en la piel a través de pequeñas heridas o fisuras. Una vez dentro, infecta las células epidérmicas, provocando su crecimiento anormal. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque son más comunes en:
Manos y dedos: por el contacto frecuente con superficies contaminadas.
Plantas de los pies: conocidas como verrugas plantares, suelen ser dolorosas al caminar.
Rostro y cuello: especialmente en personas con piel sensible o tras el afeitado.
Zona genital: donde requieren atención médica inmediata por su relación con cepas específicas del VPH.
El sistema inmunológico, la humedad y las pequeñas heridas son factores que pueden favorecer su aparición.


Métodos profesionales para eliminar verrugas
Existen diferentes tratamientos médicos según el tipo, tamaño y ubicación de la verruga. La elección dependerá del diagnóstico realizado por un dermatólogo o cirujano plástico. Los métodos más utilizados son:
1. Crioterapia
Consiste en congelar la verruga con nitrógeno líquido a temperaturas extremadamente bajas. Este procedimiento destruye el tejido infectado y hace que la lesión se desprenda de manera natural en pocos días. Es uno de los métodos más efectivos y rápidos.
2. Láser dermatológico
El láser de CO₂ o láser pulsado permite eliminar la verruga de forma precisa, sin afectar la piel sana circundante. Se utiliza especialmente para verrugas en zonas delicadas del rostro o el cuello. Además, favorece una mejor cicatrización y minimiza el riesgo de recurrencia.
3. Electrocauterización
Mediante una corriente eléctrica controlada, el especialista quema cuidadosamente la lesión, sellando los vasos sanguíneos y evitando el sangrado. Es ideal para verrugas pequeñas o planas y requiere un breve tiempo de recuperación.
4. Tratamientos tópicos
En algunos casos, el médico puede indicar ácido salicílico, retinoides o medicamentos antivirales que se aplican directamente sobre la verruga. Estos tratamientos disuelven progresivamente las capas de piel afectada y estimulan la renovación celular.
5. Microcirugía o escisión
Para verrugas más grandes o resistentes, se realiza una pequeña cirugía ambulatoria bajo anestesia local. El procedimiento es rápido y permite eliminar la verruga por completo, reduciendo la posibilidad de que vuelva a aparecer.

Cuidados posteriores y prevención
Después de la remoción, el especialista indicará medidas simples para favorecer una buena recuperación: mantener la zona limpia, evitar rascarse, no exponerla al sol directo y aplicar los productos prescritos.
También es importante evitar compartir objetos personales (como toallas, pinzas o afeitadoras) y usar calzado adecuado en lugares públicos como piscinas o gimnasios, ya que el VPH puede sobrevivir en superficies húmedas.
Aunque ninguna técnica garantiza que las verrugas no vuelvan a aparecer, los tratamientos profesionales logran excelentes resultados y reducen significativamente las recaídas.
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